dimarts, 15 de juny del 2010

Jornada 1ª: Las Palmas de Gran Canaria

A primera hora de la mañana, nuestras caras reflejaban la ilusión y la curiosidad de aquél que va a descubrir lo desconocido. Tras el desayuno, nos recoge la “guagua” para empezar nuestra aventura literaria.
El primer día de esta ruta literaria lo hemos dedicado a conocer a uno de los autores más representativos del realismo español: Benito Pérez Galdós.
Nuestro primer destino fue la Casa-Museo de este escritor decimonónico que nació en la capital de Las Palmas. Su casa (la número 6, de la Calle Cano) se halla en el barrio de Triana y actualmente está en obras, lo cual nos ha limitado nuestro objetivo. Sin embargo, nos han preparado un vídeo muy exhaustivo y hemos podido disfrutar de la biblioteca y ver el legado que contiene, más de 40 manuscritos de todas sus obras y algunos dibujos originales, con caricaturas de sitios y personajes emblemáticos de esta ciudad.

A continuación nos hemos dirigido a la plaza de San Francisco, presidida por la iglesia que le da nombre, en la que fue bautizado Galdós.
Hay también en ella un monumento dedicado a Colón y a unos metros el Gabinete Literario, donde se celebra el festival internacional de cine de las Palmas.
Desde ahí, nos hemos adentrado en el casco histórico de la ciudad, el famoso barrio de la Vegueta. Merece la pena visitar la plaza Santa Ana, donde se ubica la catedral, rodeada de casas señoriales, con fachadas de color “gofio”, artesonados de madera y piedra típica canaria.

Desde Vegueta se puede observar la calle de Triana, de más reciente construcción. Esta calle es la arteria aorta de la capital, es uno de los núcleos comerciales más importantes de la ciudad. Disfrutamos de un agradable paseo por la calle de Triana, que conserva los raíles de un antiguo tranvía y descansamos unos minutos en el famoso parque de San Telmo.
Cansados y hambrientos, subimos a la “guagua” en busca del almuerzo. Cuál es nuestro impacto cuando llegamos al Instituto San Cristóbal y nos estaban esperando los alumnos del ciclo formativo de cocina con una sabrosa comida y una exquisita presentación.
Tras una buena comida apetece una caminata. En el recorrido del Paseo de Las Canteras, nos ha cautivado ver las esculturas de arena. Al final del trayecto, nos ha sabido a gloria un refrescante helado y, aproximadamente, hacia las siete de la tarde, hemos regresado a la residencia escolar.

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